Whatsapp</tle><e xlk:href="#svg-whatsapp"></e></svg></a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn " href=" data-param-app_id="94039431626" data-param-scriptn="En te lol se practi sexo" data-param-href=" data-param-text="En te lol se practi sexo" data-param-url=" target="_blank" rel="noopener noreferrer" data-share-track-dtm="facebook" id="btn_share_facebook_831"><svg class="in_social_facebook" viewBox="0 0 26 26"><tle>Facebook</tle><e xlk:href="#svg-facebook"></e></svg></a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn " href=" data-param-scriptn="En te lol se practi sexo" data-param-href=" data-param-text="En te lol se practi sexo via @el_pais" data-param-url=" target="_blank" rel="noopener noreferrer" data-share-track-dtm="twter" id="btn_share_twter_831"><svg class="in_social_twter" viewBox="0 0 26 26"><tle>Twter</tle><e xlk:href="#svg-twter"></e></svg></a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn " href=" data-param-scriptn="En te lol se practi sexo" data-param-href=" data-param-text="En te lol se practi sexo" data-param-url=" target="_blank" rel="noopener noreferrer" data-share-track-dtm="lked" id="btn_share_lked_831"><svg class="in_social_lked" viewBox="0 0 26 26"><tle>Lked</tle><e xlk:href="#svg-lked"></e></svg></a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn rs_l" href=" data-share-track-dtm="piar_url" id="btn_share_lk_41"><svg class="in_social_lk" viewBox="0 0 26 26"><tle>Copiar enlace</tle><e xlk:href="#svg-lk"></e></svg></a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn rs_c" href="#entars" data-share-track-dtm="kup" id="btn_share_ments_41"><svg class="in_social_ments" viewBox="0 0 26 26"><tle>Comentars</tle><e xlk:href="#svg-entars"></e></svg></a></div></div></div></div><div class="a_c a_c-d"><p>Dos chis man madgada por una lle Lavapiés. Van mirando el móvil. "Creo que aquí", enta uno ellos. Se paran. Echan un vistazo a su alredor; no hay ngún bar ni diste, solo una puerta lor negro levemente ilumada, que sualidad se abre. Salen tr hombr unos 30 años. "Es ahí", señala uno los chis<a href=" target="_blank"> la entrada The Rg,</a> un club sexo Madrid. La puerta tá cerrada. Hay que llamar al timbre para por czar el dtel. Tras unos segundos pera, se perme el acco. "Para entrar hay que hacerse soc", avisan en el terr. Ant pagar los 10 ros la entrada, "que cluye una nsumición", se rellena un formular y ya sí se pera en el club dido exclivamente a hombr. "Es la primera vez que vengo", renoce en bajo uno los chis. Su amigo ya lo noce. Para tranquilizarle le dice que pue quedarse en lzoncillos, "pero no te qu las zapatillas", avisa.</p></div><div class="a_c clearfix" data-dtm-regn="articulo_cuerpo"><sectn class="a_mi" data-dtm-regn="articulo_lista-apoyo"><hear class="a_mi_t">Más rmación</hear><div><a class="a_mi_e _db" href=">A peek si the late-night world of Madrid’s sex clubs</a></div></sectn><p class="">"Es una sión <em>naked</em> (snudo) o <em>unrwear</em> (en ropa terr)", cuentan s la anización. Unas taquillas, en las que svtirse, y una barra tenuemente ilumada reciben. "Lo primero, la pa", dice el neófo. Con ella, dan ndon gratis (la promoción l sexo seguro norma general en tos lol). Un par tragos y ya tá listo para bajar las leras.</p><p class="">Los bajos son laberíntis, n diferent tancias. En med una ellas aparece un rg boxeo, que da nombre al lol. Sobre la lona, tr púgil snudos. Uno ellos, fibrado y atractivo, tá pie. Otro le practi una felación. El tercero disuta n mirar, tor y masturbarse. Abajo l rg dos pectador disutan l pectáculo. "Practir sexo en ngún so reprobable", opa Celia Blan, perdista experta en sexo y nductora l programa <a href=">Contigo ntro la Cana SER</a>. "Creo que se han superado algunos tabú que existían ant y muchos temas se puen tratar más abiertamente", aña. A falta un registro oficial, en Madrid hay en torno a unos 20 o 30 club sexo entre el dido al públi hetero y al públi gay; cursamente ha sido imposible enntrar un sex club dido a las lbianas en la pal así o en otras ciudas pañolas. Blan habla s pudor sobre los lol sexo para parejas heterosexual que ha ecuentado en la pal. Se suelen nomar <em>swgers</em> (didos al termb parejas) nque algunos prefieren nomarse "lol liberal". Momentos, cer Doctor Esquerdo, uno ellos.</p><sectn class="a_mi" data-dtm-regn="articulo_lista-apoyo"><hear class="a_mi_t">Más rmación</hear><div><figure class="a_m a_m-h c_m--nf"><a href=" class="_db _pr"><img dg="to" class="_re lazyload a_m-h" height="110" srcSet=" 414w, 640w" width="146" loadg="lazy" src="></a></figure><a class="a_mi_e _db" href=">5 fantasías sexual que berías cumplir ant morir</a></div><div><figure class="a_m a_m-h c_m--nf"><a href=" class="_db _pr"><img dg="to" class="_re lazyload a_m-h" height="110" srcSet=" 414w, 640w" width="146" loadg="lazy" src="></a></figure><a class="a_mi_e _db" href=">Para disutar l sexo osnal necas tener socsexualidad</a></div></sectn><p class="">"Queremos alejarnos l tereotipo que imperaba en tos lugar", cuentan s la anización Momentos, "por o cuidamos muchos los tall, la programación mil y las fitas temátis. Para disute los client cuentan n dos piscas, sna, mazmorra, jla y un nfnar. "En una fita <em>spankg</em> [azot], un hombre vo n una ja envuelta o para regalo. La abrí y ntro había una fta", recuerda Blan. Aunque se din a lo mismo, entre los lol centrados en el públi heterosexual y el gay hay matic. Entre las diferencias tán los juguet: la Cz San Andrés, n forma aspa para atarse, tiene mucho éxo en los lol para <em>swgers</em> así o la silla l gecólogo; en los gais triunfan los lumps. Comun a ambos son los <em>glory hol</em> (agujeros gloria): una pared n agujeros en los que da uno lo la parte l cuerpo (bo, pene, culo, mano...) que oece para el disute s el otro lado. El acco también tiene matic: mientras la entrada a un sex club gay ronda los 10 ros, en uno hetero hay una variada lista precs: las parejas pagan entre 20 y 30 ros; los hombr solos, 50 ros (que permen accer a la zona pera, don te tomas una pa hasta que una pareja va a pasar al terr); las mujer solas entran gratis.</p><h3 class="">"Me siento muy segura"</h3><sectn data-ctn-subscriptn="te" class="w w-cta " id="cta_id"><div class="w_t"></div><div class="w_b"><div class="w_tx">Lo que más afecta lo que suce más cer. Para no perrte nada, scríbete.</div><a class="w_bt btn btn-2 b-sb-geo" data-lk-mx=" data-lk-am=" href="" id="cta_lk_btn_id">Scríbete</a></div></sectn><p class="">Veróni Martín, 33 años, acudió por primera vez a uno tos lol hace po más un año: "Fui n un amigo n el que tenía relacn sexual porádis que me lo planteó". Esa primera vez le surgió durante un viaje a Berlín: "Allí bastante normal". No se nsira asidua, pero tras a primera experiencia en Alemania, ha acudido un par vec más. "Me gta", renoce, "me parece un pac don pues hacer lo que te apetez s mirar o masturbarte hasta teraccnar n otra gente. Amás, me siento muy segura y muy cómoda, que para mí muy importante; se nota que s la anización se tá muy pendiente que todo vaya bien", aña, "no tengo duda que volveré".</p><p class="">A par que se vive una cierta normalización los sex clubs -"creo que pue hacerse un sí n lo que ocurría n los sex shops hace unos años", apunta Martín-, en España todavía emanan un halo mister. "Hay un leve mb percepción; ya no nos avergonzamos ir a un lol don se practi sexo", dice Aurel Catón, 41 años. "Lo normal siempre ha sido que la gente lo haga; lo difícil, que lo admiera", aña <a href=" target="_blank">Catón, rponsable Boyberry Madrid,</a> otro lol don se practi sexo también dido al públi gay en el barr Malasaña. A diferencia The Rg, te pac tiene grans cristaleras que dan a un quazo la lle Valver. A través ellas se ve una barra y unos tant don se ven material eróti. En ntraste n los anterr, te tiene una licencia sex shop n pectáculo en vivo. Son las dos modalidas prcipal n las que se scriben tos pacs nque hay más variacn.</p><p class="">La zona para practir sexo se n tras una rta. "Boyberry nace la ia que el sexo no tabú ni oscuro", apunta Catón, "en ntraste n la visión que se tenía ant tos pacs o lugar clanstos o turbs". El lol no cierra nun (a diar abre s las 12 l meddía hasta las 3 la madgada) y media acun unas 100-150 personas al día, teniendo en cuenta que los f semana y los ftivos hay una mayor afluencia públi. Jtamente, hace un par semanas un club siar racterístis fue salojado por exco aforo. En el rme policial también se hacía referencia a drogas. "Nosotros ntrolamos mucho el número personas que tán ntro no sólo por los permisos so también por la odidad nutros client", aclaran s Boyberry. "Con rpecto a las drogas, ocurre o en cualquier bar nocturno: tá prohibido tanto su nsumo o su venta. En general, los client lo entienn y no tenemos ngún problema n to", añan s la anización l tablecimiento.</p><p class="">El Boyberry tá animado el juev por la tar. El acco libre; se paga el prec una nsumición. Pasada una rta tiras negras, vars chis rerren la sala <em>glory hol</em> l piso arriba. "Es morboso lo solo por ver y tor por os agujeros", surra E, 23 años ant enntrar un hue en el que lorse. Abajo, bas privadas; amplias y cómodas mas -" vislásti", apunta el rponsable- o un laberto. Todo n una ilumación si existente y porno emiéndose en varias pantallas en las salas: "La oscuridad parte la ración", apunta Catón. Y rume: "En realidad nutro molo negoc o el un bar; vivimos las pas que venmos. Lo úni que en nutro lol oecemos un pac cómodo, seguro y divertido para que la gente practique sexo"</p><div class="a_r _cf" id="ctn_premium_article"><h3 class="a_r_e">Regístrate gratis para seguir leyendo</h3><div class="a_r_ts">Si tien cuenta en EL PAÍS, pues utilizarla para intifirte</div><div class="a_r_b"><a class="btn btn-7" href=" data-lk-am=" data-lk-mx=" data-lk-=" data-lk-ar=" data-lk-cl=">INICIA SESIÓN</a><a class="btn btn-6" href=" data-lk-am=" data-lk-mx=" data-lk-=" data-lk-ar=" data-lk-cl=">REGÍSTRATE</a></div><div class="a_r_ti _df _jc-c"><p id="btn_close_regis"><a class="button | flex" href=" data-lk-am=" data-lk-mx=" data-lk-=" data-lk-ar=" data-lk-cl=" data-ctn-subscriptn="">O scríbete para leer s lím</a></p></div></div></div><sectn class="w w-sea"><h3 class="w_t">Sobre la firma</h3><div class="w_b"><div class="_g _g-xs"><figure class="w-sea_f a_m-h c_m--nf"><span class="a_m_w _db"><img alt="Pablo León" dg="to" class="_re lazyload a_m-h" height="100" width="100" loadg="lazy" src="></span></figure><div class="w-sea_txt"><div class="_df"><div class="w-sea_txt_na"><a href=" rel="tor_bottom">Pablo León</a></div><div class="w_rs_i"><a class="_btn " href="!/Pablo_Ln" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><svg class="in_social_twter | w-sea_txt_i" viewBox="0 0 26 26"><tle>Pablo León - twter

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Van mirando el móvil. "Creo que aquí", enta uno ellos. Se paran. Echan un vistazo a su alredor; no hay ngún bar ni diste, solo una puerta lor negro levemente ilumada, que sualidad se abre. Salen tr hombr unos 30 años. "Es ahí", señala uno los chis<a href=" target="_blank"> la entrada The Rg,</a> un club sexo Madrid. La puerta tá cerrada. Hay que llamar al timbre para por czar el dtel. Tras unos segundos pera, se perme el acco. "Para entrar hay que hacerse soc", avisan en el terr. Ant pagar los 10 ros la entrada, "que cluye una nsumición", se rellena un formular y ya sí se pera en el club dido exclivamente a hombr. "Es la primera vez que vengo", renoce en bajo uno los chis. Su amigo ya lo noce. 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El acco también tiene matic: mientras la entrada a un sex club gay ronda los 10 ros, en uno hetero hay una variada lista precs: las parejas pagan entre 20 y 30 ros; los hombr solos, 50 ros (que permen accer a la zona pera, don te tomas una pa hasta que una pareja va a pasar al terr); las mujer solas entran gratis.</p><h3 class="">"Me siento muy segura"</h3><sectn data-ctn-subscriptn="te" class="w w-cta " id="cta_id"><div class="w_t"></div><div class="w_b"><div class="w_tx">Lo que más afecta lo que suce más cer. Para no perrte nada, scríbete.</div><a class="w_bt btn btn-2 b-sb-geo" data-lk-mx=" data-lk-am=" href="" id="cta_lk_btn_id">Scríbete</a></div></sectn><p class="">Veróni Martín, 33 años, acudió por primera vez a uno tos lol hace po más un año: "Fui n un amigo n el que tenía relacn sexual porádis que me lo planteó". Esa primera vez le surgió durante un viaje a Berlín: "Allí bastante normal". No se nsira asidua, pero tras a primera experiencia en Alemania, ha acudido un par vec más. "Me gta", renoce, "me parece un pac don pues hacer lo que te apetez s mirar o masturbarte hasta teraccnar n otra gente. Amás, me siento muy segura y muy cómoda, que para mí muy importante; se nota que s la anización se tá muy pendiente que todo vaya bien", aña, "no tengo duda que volveré".</p><p class="">A par que se vive una cierta normalización los sex clubs -"creo que pue hacerse un sí n lo que ocurría n los sex shops hace unos años", apunta Martín-, en España todavía emanan un halo mister. "Hay un leve mb percepción; ya no nos avergonzamos ir a un lol don se practi sexo", dice Aurel Catón, 41 años. "Lo normal siempre ha sido que la gente lo haga; lo difícil, que lo admiera", aña <a href=" target="_blank">Catón, rponsable Boyberry Madrid,</a> otro lol don se practi sexo también dido al públi gay en el barr Malasaña. A diferencia The Rg, te pac tiene grans cristaleras que dan a un quazo la lle Valver. A través ellas se ve una barra y unos tant don se ven material eróti. En ntraste n los anterr, te tiene una licencia sex shop n pectáculo en vivo. Son las dos modalidas prcipal n las que se scriben tos pacs nque hay más variacn.</p><p class="">La zona para practir sexo se n tras una rta. "Boyberry nace la ia que el sexo no tabú ni oscuro", apunta Catón, "en ntraste n la visión que se tenía ant tos pacs o lugar clanstos o turbs". El lol no cierra nun (a diar abre s las 12 l meddía hasta las 3 la madgada) y media acun unas 100-150 personas al día, teniendo en cuenta que los f semana y los ftivos hay una mayor afluencia públi. Jtamente, hace un par semanas un club siar racterístis fue salojado por exco aforo. En el rme policial también se hacía referencia a drogas. 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