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CHILE GAY, LOS MEJOR LUGAR L PAíS MáS LARGO L MUNDO

Aunque muchos los polítis oposor a la dictadura habían suido el exil en Europa y nocido los mbs social en relación a la homosexualidad, nguno parecía tar disputo a transformar e tema en un punto la agenda rechos humanos, por lo más la agenda l momento taba domada por las tensn n las Fuerzas Armadas.

Anton Moreno, arzobispo Concepción, claraba en septiembre 1990 que la sociedad chilena taba entrando a un mo pedregoso, pecialmente entre la juventud que enentaba “el difundido permisivismo, la generalización las relacn prematrimonial, la ecuencia las separacn, la mpaña l ntrol la natalidad, el o l prervativo y la tolerancia ente a la homosexualidad que avanza” (3).

Algunos municips prohibieron la exhibición revistas erótis en los kskos; el anismo enrgado la lifición cematográfi censuró películas Juan José Bigas Luna y Pedro Almodóvar por nsirar s ntenidos apropiados; un vio la documentalista Gloria Camiaga por “exaltar el mundo homosexual” (5). Fue en os años cuando el movimiento religso Teocráti pturó la atención los meds n accn llejeras amedrentamiento que cluyeron rayados en las cernías distequ gay, y fue también durante la temprana transición que la prensa nservadora nnó la ejecución Jornadas Edución Sexual en las cuelas públis. Aunque sífilis y sida partían ciertos rasgos –enfermedas transmisión sexual asociadas popularmente a la ia transgrión y excos– la irremediable vculación l vih n la homosexualidad le daba un matiz distto y la posibilidad engendrar un discurso moralizador severo ntra una moría que se mostraba o la portadora si excliva la peor las pt: s duda se trataba un stigo Ds o la naturaleza, un aviso, una señal, un jete un apolipsis cerno.

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Así lo pensaba el diputado Renovación Nacnal René Manuel García, quien en jun 1995 a propóso una disción parlamentaria por la reforma al artículo 365 l Código Penal que penalizaba las relacn sexual entre varon señaló:« Por lo tanto, votemos en nciencia, y votemos por lo que creemos que lo mejor para la sociedad: proteger las buenas stumbr, la moral y a nutros hijos ta lacra social que la homosexualidad, y así evaremos mpañas l Sida, las feccn que han provodo, y todo te stigo que Ds ha imputo, práctimente a toda la unidad homosexual l mundo» (6) muchos las víctimas no eran pletamente víctimas, so los provodor su prop rtun.

Si los primeros movimientos gay Estados Unidos y Europa se gtaron en torno a la rogación ley que discrimaban laboralmente y al aso policial –sumándose al mb social que promovieron los movimientos rechos civil las morías étnis y el femismo– en nutro país fue la urgencia la epimia la que d impulso fivo para que surgieran anizacn n una plataforma políti clara.

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La referencia habual la prensa la épo sobre los homosexual se pue parar n la que se hace sobre una pecie zoológi que no tiene voz para hablar sobre sí misma –a no ser un ttimon anónimo en un tono clansto– so que be ser “explida” en s stumbr y taras por los pecialistas a rgo su tud: un médi psiquiatra o psicólogo, un sacerdote y, eventualmente, un policía. El doctor Roa – cierta popularidad más allá la amia bido a s ecuent artículos en El Mercur– entre otras sas aseguraba que los homosexual tenían tenncia a formar sectas secretas, a mantener mistersas fórmulas renocimiento mutuo y a pervertir menor (9) la amia lol nsiraba en general a la homosexualidad o una psipatología, un psiquiatra homosexual era por lo tanto un oxímoron. Así que postulé a un posgrado en Estados Unidos» historia Andrés Sclla –actualmente adémi en la Universidad California en San Diego– iltra la percepción que se tenía al menos hasta 1989 sobre la homosexualidad, jtamente en el lugar en don se formaban los pecialistas que para efectos la stucnalidad vigente admistraban el ncepto salud mental.

Consignaron que los profnal la prensa eran por lo general:`"Incultos, spreciativos los téntis valor, relativistas en éti, sprejuiciados en políti e impulsor ias pernicsas que muy a menudo lan hondo en la juventud" (11) añadió: «Consiran o algo natural y no repudiable, y así lo súan y lo proclaman n hábil manipulacn, el aborto, la homosexualidad y el lbianismo, la tanasia, el divorc y el adulter, el nsumo drogas (…) la objeción nciencia al servic ar obligator, el dulto a terroristas, la elogía enemiga la dtrialización y el sarrollo enómi» tedráti nsiraba no sólo el argumento la naturaleza, so también el la crimalización y la enfermedad. McHale llamaba implícamente a que los meds unición, y particularmente los perdistas, cumplieran un rol reprivo sobre ciertos fenómenos e clo sobre las nuevas ias polítis surgidas l elogismo (12) opión siar sostenía el entonc senador Serg Onoe Jarpa quien luego ver el programa Informe Especial dido a la homosexualidad claró que el reportaje nstuía “un verdaro atentado ntra los valor la civilización cristiana” pidiendo un mb en la dirección Televisión Nacnal (13). El partamento Salud y Servics Humanars e Estados Unidos tableció a través un tud realizado en 2005 y 2006 por la división Children Welfare Informatn Service que en 269 sos abo fantil, sólo dos los abador, menos l 1 por ciento, eran nsirados homosexual, cir hombr adultos mantenían habualmente ntacto sexual n otros varon muchos pecialistas la pedofilia y el abo niños no pue tratarse en térmos la homosexualidad o la heterosexualidad, porque muchos abador niños nun han tablecido relacn n otros adultos, cir, ni siquiera podrían ser nsirados heterosexual u homosexual.

Sobre la reprentación l varón homosexual o un sujeto amanerado que merece ser hostigado por s modal se han tablecido una ntidad nsirable atributos que servirán o argumento para mantenerlo a raya, en una tegoría distta a la la mayoría, que clo que atrae lamidas, o señala el cuento 'La mala ventura Nano Velásquez'  Es Alvarado (16): En el teatro chileno, hasta avanzado los años 60, el personaje cómi afemado era la úni posibilidad reprentar a un hombre homosexual.

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Ambos han envejecido juntos, l mismo modo en que lo haría un matrimon s hijos (17) la leratura, el teatro y el ce l siglo XX la pareja varon homosexual sa, y cuando se sugiere su existencia –o en el so la película La soga Hchck, la obra Entreteniendo al señor Sloane Joe Orton o la novela Plata quemada Rirdo Piglia– suele tar vculada al crimen. El cuento no solamente particular por o, so también porque prenta la ia una unidad amigos y gtos, slizando soslayo una lección guiños a la subcultura gay urbana leratura para tos efectos funcna o un sensor e trozo la realidad: lo más probable que una gran mayoría los lector nun habrá visto ni habrá tenido ntacto n una pareja homosexual y si tal sa ha sucedido seguramente el vínculo será negado o disazado públimente o otro tipo relación (primos, parient, jefe y secretar, amigos entrañabl).

La leratura para tos efectos funcna o un sensor e trozo la realidad: lo más probable que una gran mayoría los lector nun habrá visto ni habrá tenido ntacto n una pareja homosexual y si tal sa ha sucedido seguramente el vínculo será negado o disazado públimente o otro tipo relación (primos, parient, jefe y secretar, amigos entrañabl) 1967 la película Adiva quién viene a cenar jugó n el tabú las relacn terracial. Los polítis que se oponían a su modifición sabían que la aplición efectiva l artículo era sa, pero rtaban el valor que existiera o una suerte señal entonc diputado UDI Iván Moreira sostuvo que en 1995 que:«Aunque en la prácti la sodomía no lleva a la tención o nna, una importante señal l legislador mantener el lo, pu una mutra que a la ley y por en a la sociedad no le diferente el tema» (20) artículo 365 l Código Penal ponía a los hombr homosexual tácamente fuera la ley.

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Lo que seguiría operando en alante sería la ristencia cultural a la imagen la pareja gay, una ontera difícil 10 jun 2000 la revista El Sábado  El Mercur publicó un perfil a modo obuar l peluquero y rador Luis Amador Guerra, más nocido o Luigi, quien murió spués pacer una larga suficiencia renal.

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Con mi rta, quise llegar a las personas un, a las que l duele el alma tener un hijo homosexual» (22) Chile el artículo 365 l Código Penal que stigaba la sodomía n cárcel y que fue modifido en 1999 tras largas negociacn, rara vez era aplido para stigar las relacn nsentidas entre adultos. El adémi Luis Vargas Saavedra ensayó en s claracn una taxonomía l lbianismo afirmando que “ella no era una lbiana prototípi” –s explir qué signifiba o y en qué nsistiría ser una “heterosexual prototípi”– y advirtiendo que “no me nsta (que la relación entre ambas) que haya sido homosexual en forma físi, so que más bien emocnal”.

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Mientras en Estados Unidos las anizacn gay tomaban el té n el Printe Bill Clton bndo rogar la prohibición para que las personas homosexual graran al Ejérco, en Chile era imposible que un Printe recibiera a algún reprentante l menguado movimiento gay l trabajo te libro nsistió en entrevistar a personas. Quizás por o, un año spués, el argumento más ntunnte que grimía el volante pro Bachelet era que el ndidato la recha era apoyado por la UDI, un partido que se había clarado ntrar a legislar en ntra la discrimación y en el que aban dirigent que públimente habían maniftado su hostilidad hacia las personas homosexual.

El acto repartir volant en los alredor los lol gay durante la noche en lugar br una alianza n las anizacn, era renocer que sí existía algo parecido a una unidad personas homosexual n intidad propia, y que ésta taba asociada más al nsumo que a un movimiento n plataforma políti propia.